Era mi cumpleaños, y la mañana había comenzado tranquilamente. Eran las 9:30 am, y yo acababa de despertar, esperando que alguien de mi familia viniera a saludarme y me trajera el desayuno a la cama.

De repente, la puerta de mi habitación se abrió y, para mi sorpresa, era mi novio. Entró con mis flores favoritas, una caja de chocolates, y su guitarra para cantarme “Feliz cumpleaños”. Fue un momento hermoso e inesperado que me emocionó profundamente.

Mi novio había llegado temprano a casa, ya había hablado con mis padres para que lo dejaran entrar sin hacer ruido, asegurándose de que todo fuera una sorpresa. Ese día, el clima estaba perfecto, y él me invitó a dar un paseo.

Recorrimos algunos lugares, compartimos algunas comidas, y luego me llevó a un sitio especial, un lugar al que solíamos ir cuando apenas nos estábamos conociendo. Era un lugar hermoso y romántico, donde podíamos estar a solas, conversar y enamorarnos el uno del otro.

Estábamos en el auto, con una vista impresionante del mar desde lo alto de un cerro, mientras el sol se ocultaba en el horizonte.

De repente, mi novio me dijo que tenía otra sorpresa y me pidió que cerrara los ojos. Al principio, escuché cómo ponía música, y pronto reconocí la melodía. Era la canción que me hizo darme cuenta de que él era el hombre con quien quería pasar mi vida.

Mientras la música sonaba, me habló con ternura, diciéndome cuánto significaba para él y cómo había buscado un regalo especial que reflejara lo que sentía. Luego, colocó algo sobre mis piernas y me dijo que abriera los ojos.

Cuando los abrí, vi un álbum de fotos. Al principio, pensé que era un regalo simple, pero cuando lo abrí, me di cuenta de que dentro estaba nuestra historia de amor en fotografías.

Había una dedicatoria en la parte posterior de la tapa, y cada momento especial que habíamos compartido estaba documentado.

Había collages, fotos individuales y palabras que él había escrito junto a cada imagen, recordando los hitos de nuestra relación, desde cuando nos conocimos hasta nuestros logros y celebraciones con nuestras familias.

A medida que avanzaba por el álbum, revivía cada uno de esos momentos y no podía contener las lágrimas de emoción.

Llegué a la última página y vi las palabras “ESTA HISTORIA CONTINÚA…”, con espacio para futuras fotos que, sin duda, llenaríamos juntos.

Mientras pasaba las páginas nuevamente, noté algo inusual: había un papel oculto que decía “TENGO UNA SORPRESA PARA TI… da vuelta una página”. Lo hice y vi otra nota: “HE ESPERADO CON ANSIAS ESTE MOMENTO… da vuelta una página más”.

Empecé a emocionarme aún más con cada página que volteaba. Continué hasta que leí: “QUIERO DECIRTE QUE TE AMO Y QUIERO ESTAR CONTIGO TODA MI VIDA… da vuelta dos páginas”.

Seguí las instrucciones y leí: “Y SÉ QUE DIOS TIENE UN PROPÓSITO PARA NOSOTROS, ES POR ESO QUE… da vuelta diez páginas”.

Mi corazón latía con fuerza, y cuando finalmente llegué al final, ahí estaban las palabras: “¿QUIERES CASARTE CONMIGO?”.

Entre lágrimas y risas nerviosas, lo miré y le dije que sí, que era lo que más deseaba. Sacó de su bolsillo una pequeña cajita en forma de corazón y, al abrirla, reveló un anillo hermoso, el más bello que había visto. Me lo puso en el dedo, encajando a la perfección. Ambos estábamos muy emocionados, nos abrazamos y lloramos juntos, sabiendo que habíamos dado un gran paso en nuestra historia de amor.