Cuando se habla de Argollas de Matrimonio, la única regla de diseño es que sean anillos, y es por eso que la gran mayoría de ellas tienen el diseño más básico posible para calificar dentro de la categoría. Sin embargo, tratándose de un objeto que los va a acompañar durante toda la vida, la mayoría de las parejas optan por apropiárselo de forma que les acomode física y estéticamente.
Las personalizaciones más comunes, y también las primeras decisiones a tomar, incluso si quieres una más original, son: El color, definido por el metal, y la forma o perfil, también llamado “corte”, y que ya hemos visto en otro artículo.

Pero si los novios son una pareja realmente original y amante del diseño, ni siquiera la forma de “argolla” es una limitante, también está la posibilidad de jugar con anchos y grosores, saliendo del paradigma de los valores uniformes para lograr formas únicas y llenas de personalidad.
La decisión con respecto al color del oro tampoco tiene por qué restringirse, necesariamente, a uno solo, ya que la opción de combinar 2 o 3 tonos puede dar resultados hermosos y delicados a los cuales dotar de significados profundos especiales para la pareja.

Una vez definidos el color y la forma, ya podemos pensar en explorar factores del diseño menos comunes como son, por ejemplo, el acabado o tratamiento de la superficie de la argolla.
Un tratamiento hermoso y con un sabor a herencias del pasado es el romántico “rulé” o “ruleteado”. Se trata de una textura aplicada mediante presión, generalmente, aunque no exclusivamente, en bordes, generando un decorado de milgrano que multiplica el brilo del oro en todas direcciones.
Una opción más moderna, incluso posiblemente rústica es el arenado, un tratamiento de superficie que podríamos describir como opuesto al pulido, ya que apunta a lograr una superficie rugosa y más opaca en lugar de suave y lisa.
Si bien esta opción limita el brillo de la argolla, para gusto de algunas personas esto podría ser un valor en sí mismo, y en cualquier caso, el juego de contraste que se puede crear al oponerla a una superficie pulida es un aporte a la belleza y singularidad de la argolla sin modificar su forma básica más universalmente explícita en su significado.
Otra opción para dotar de personalidad a las argollas de matrimonio sin elementos adicionales consiste en aplicar canales a lo largo de la circunferencia.
Estas líneas bajo relieve pueden variar a gusto en su número, ancho o ubicación, y también se pueden dotar de un tratamiento “envejecido” mediante una pátina de rodio negro en el fondo.
Existen muchos más tratamientos de superficie o bordes de los que podríamos mostrar aquí, por lo que terminaremos este recuento con aquel que aporta a las alianzas un significado adicional más visible y explícito, como es el calado.
Este puede ser en forma de figuras, letras o lo que prefieras , como nuestro icónico Ani le Dodi que muestra un pasaje bíblico en hebreo calado a lo largo de la circunferencia, o una fecha en números romanos, como el modelo Roma que verás más abajo, o lo que sea significativo para ustedes como pareja.

Para mayor originalidad, sin sacrificar belleza, en lugar de diamantes se puede escoger otra gema, como los diamantes negros de las argollas Nero, un favorito masculino por su percibida rudeza.
Pero no es sólo el tipo de gema el que permite dar un ansiado toque personal. También el tipo de engaste, la forma en que las piedras están sujetas al cuerpo del anillo, puede modificar el diseño de tal manera que pueden cambiar por completo la personalidad de una argolla.


Ya llegando a lo que podríamos llamar el hilado fino de la personalización, es necesario resaltar que la ubicación y disposición de cualquiera de los elementos de diseño que elijas también puede, por sí misma definir la personalidad de tu argolla, tal como ilustra la fila de diamantes que una clienta decidió ubicar en el borde de su argolla en lugar del centro como es más frecuente y te habíamos mostrado más arriba.
Tampoco debemos olvidar el elemento “pareja”, es decir, que las argollas son un par y no dos objetos aislados, y por lo tanto es también parte del diseño la forma como sus semejanzas y diferencias se relacionan entre sí.
Un ejemplo de ello son las argollas Roma, un modelo que habla de diferencias complementarias con un hermoso simbolismo agregado, al invertir el orden de los metales entre una y otra argolla del par, como diciendo “distintos pero equivalentes” y sin duda partes de una unidad.
Para terminar debemos mencionar, como si fuese un elemento aparte, la decisión de la combinación de elementos de diseño seleccionados, ya que tendrá una responsabilidad mayor del carácter final de tu argolla que la suma del aporte de cada uno de los elementos por separado.
Como puedes ver arriba, no es lo mismo un calado en una argolla de un solo metal que en una bicolor, y así también agregar al calado una forma especial puede por sí mismo sumar capas y niveles de significado a la frase “Soy para mi amado y mi amado es para mí”.