Era un día frío de invierno y tenía que salir a hacer las compras del supermercado. Como siempre, me acerqué al stand de folletos de promociones, y ahí, entre los papeles, vi un sobre que llevaba mi nombre: “Para la señorita Alicia Palma Urtubia”. Me quedé sorprendida, sin saber si realmente era para mí.
Abrí el sobre por curiosidad, y dentro había una nota que decía: “Sigue las pistas”. Intrigada, seguí las instrucciones y me encontré con otros sobres que me guiaban de un lugar a otro dentro del supermercado. Fueron cinco en total, y con cada uno me emocionaba más.
La última pista me llevó a la pastelería. La nota decía que debía pedir una torta llamada “Eternamente Juntos”. Cuando la pedí, la señorita me entregó la torta, y ahí, sobre el pastel, había unos anillos.
En ese momento, apareció Pablo y me preguntó si quería estar siempre con él. Fue tan inesperado y bonito que, sin pensarlo, le dije que sí. Fue uno de esos momentos sencillos pero especiales, que terminan siendo inolvidables.