La forma del corazón tiene raíces en la antigüedad, aunque inicialmente se asociaba más con plantas, como la semilla de silfio, un símbolo de fertilidad y amor en la antigua Cirene. Por otro lado, Aristóteles ya relacionaba el corazón humano con el amor y el placer, estableciendo una conexión simbólica con los sentimientos que siglos después se consolidaría al unirse el símbolo, el órgano y el concepto del amor romántico. Este encuentro dio paso también al uso del corazón en la joyería, cuyo primer registro significativo data de la Edad Media.
En el arte, la forma del corazón comenzó como algo más parecido a una pera, reflejando la anatomía del órgano. En el contexto del amor cortés, esta representación se ofrecía como un gesto de devoción, y en “The Heart Offering” (1338-1344), se encuentra la primera representación de amor romántico con una forma de corazón similar a la que conocemos hoy. Para el 1400, el cruce entre arte y ciencia contribuyó a que el corazón adquiriera su forma moderna, aunque todavía con detalles anatómicos como venas y arterias, visibles incluso en la pintura religiosa de la época.
Simultáneamente, el corazón se popularizó en objetos decorativos y joyas. Un ejemplo notable es el diamante en forma de corazón que, según registros, fue intercambiado entre el Duque de Milán y María Sforza. Este diseño, un lujo reservado para la realeza, destacaba por la dificultad de su corte, especialmente por la complejidad de la hendidura característica de la forma.
En los siglos posteriores, las joyas con forma de corazón fluctuaron en popularidad. Una de las figuras más famosas en lucir este tipo de joyas fue la Reina Victoria, conocida por su colgante con cabello de su esposo, el Príncipe Alberto, y una pulsera con múltiples charms en forma de corazón. Durante la época victoriana, el corazón se convirtió en un motivo universal, apareciendo en estilos como los “gate bracelets”, símbolos de amor y lealtad que aún resuenan en la joyería contemporánea.
Hoy, la forma del corazón continúa siendo icónica en el diseño de joyas, reinterpretada en piezas que combinan tradición y modernidad.
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